Después de mil años sin salir a comer juntas como la gente normal por fin se nos hizo. Es mágico ver como pasan los años y nuestra amistad permanece tan firme como siempre. Después de haber estado sincronizadas hasta en lo que soñamos la noche anterior, es muy claro que esta amistad durara para siempre.
Y estuvo muy bueno el atascón.
Y claro, Mariana siempre consintiéndome con mis cosas favoritas.
Y nuestra ya tipica y clásica sesión de fotos.
Y ya en casita me puse a descubrir todos los regalitos.
Lo cierto es que ya la extraño. Que tesoro es la amistad!
Te quieroo